jump to navigation

Reflexión 25 – De comidas 5 diciembre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo.
Tags: , ,
16 comments

Hoy he presenciado una situación que sin duda reflejan la profesionalidad y elegancia.

Un compañero mío, Antonio (nombre ficticio), está trabajando para un cliente en un parque industrial a las afueras de Barcelona. El equipo está formado por siete personas: dos directores, cuatro de sus esbirros y Antonio. Pues ¿os podréis creer que cada día el grupete de sinvergüenzas se va a comer sin ni siquiera tener la cortesía de invitar a Antonio a comer con ellos?. Antonio, que ya está muy curtido, me dice que no le importa comer sólo o con el equipo del cliente, y me recuerda que mejor sólo que mal acompañado; sin embargo, no deja de ser triste y ruin que un equipo no demuestre la mínima consideración hacia una persona que, aunque no pertenezca al círculo de poder, es ante todo un compañero.

Pero bueno, tiempo al tiempo, que la vida da muchas vueltas y, al final, a cada cerdo le llega su Sanmartín…

Reflexión 20 – El Lastre 14 noviembre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Honestidad.
Tags: , ,
11 comments

En muchas empresas existe la figura del Lastre. Personajes que han perdido toda ilusión por trabajar.

«Únicamente trabajo en los proyectos que me interesan; si una tarea no me desafía intelectual, no le dedicaré ni un minuto». ¡Chapeau! El problema es que este semi-dios lleva más de nueve meses sin vender ni dirigir un proyecto y, para una persona que cobra más de 80.000 euros anuales de fijo, esta actitud no es aceptable.

En lo laboral, como en lo físico, el primer síntoma de la decadencia es no crecer, no producir; la cercana extinción de la ilusión se muestra siempre por falta de desarrollo. Pero, ¿qué hacer con una persona así?

¿Cómo poner fin a esta situación? ¿Se puede volver a motivar a una persona? En mi opinión, sí; es difícil, pero posible. Lo importante es entender cómo hacerlo, identificar qué es lo que quiere y llegar a un acuerdo para el bien de ambos: empresa y empleado.

Sin duda, tenemos un gran problema con el paquete de remuneración de los directores; simplemente no funciona. El salario fijo es lo suficientemente alto como para acomodarse.  Por lo tanto, si los directores no venden no importa, ya que aún así, cobrarán un cuantioso botín a fin de mes.

¿Es fácil vender proyectos en medio de una crisis? En absoluto; comprendo sea difícil o casi imposible que los directores puedan cumplir con sus objetivos de venta; pero en consecuencia, exijo que no cobren salarios desorbitados.

Reflexión 18 – Torrente, el brazo tonto de la consultoría 5 noviembre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Capacidad y competencia.
Tags: , , ,
22 comments

En todas la empresas existe un Torrente; ese gerente que hace la vida imposible a todos. Un sujeto que desprecia, insulta y ningunea a los empleados, pero que besa el suelo por donde pasan los directores.

Un ingrato que no tiene ningún reparo en colocarse las medallas de otros, pero que cuando las cosas se tuercen, no duda en señalar con el dedo y escurrir el bulto.

Un analfabeto agresivo, sin modales que está incapacitado para gestionar o dirigir; pero que incomprensiblemente gana un sueldo desproporcionado y se mantiene a base de habilidad y astucia, nunca mérito. Un miserable que se ha aprovechado de la influencia de su familia para hacerse un hueco en el circo donde trabajo.

Un negrero, que exige lo que nunca se ha exigido a sí mismo. Un acomplejado que intenta ocultar su ignorancia a base de gritos y descalificaciones. Un egoísta que no está dispuesto a dedicar un minuto de su tiempo a nadie si no es por interés. Eso sí, cuando necesita que le ayudes, su comportamiento cambia completamente, volviéndose amable.

Un manipulador nato que alimenta rumores sobre todos, siendo el objetivo de sus críticas aquella persona ausente en aquel momento. Una plaga que vive cobijado bajo el ala del director, con el cual comparte una gran amistad forjada durante años de fraudes y despropósitos.

Un empleado que representa lo que no debería ser un consultor. Un vendedor de humo sin igual, que nunca da su brazo a torcer porque su orgullo no se lo permite. Un soberbio que mira al resto por encima del hombro y cree que podrá vivir del cuento toda su vida.

Una persona sin compañeros de trabajo, a los que clasifica entre «los que me caen mal», «los que me caen muy mal» y «los que no me importan una mierda».

Pero lo que ignora Torrente es que el mundo es un pañuelo y que poco a poco, su reputación empieza a precederle. Y Torrente, entusiasta como eres en seguir por este camino, recuerda que nunca podrás que no te avisé. Simplemente tendrás lo que te mereces.

Reflexión 9 – Sin duda, vosotros sois nuestro mayor activo 14 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Gestión del talento.
Tags: , , ,
20 comments

Últimamente se me revuelve el estómago cada vez que un director comparte su sabiduría conmigo. Recientemente les ha dado por cotorrear sobre lo que hoy llamamos con cursilería talent management; es decir, la gestión de recursos humanos de toda la vida. Increíblemente, les falta tiempo para soltar frases como: «Nuestra empresa es un lugar especial para trabajar», «Cada uno de vosotros hacéis de esta empresa un lugar único» o «Vosotros sois nuestro mayor activo». Escuchar esto me hace sentir repulsa, indignación y desprecio.

Las personas siempre han sido y serán lo más importante. La calidad, tanto individual como por equipos, invariablemente marcará la diferencia entre dos empresas competidoras. Esta verdad, evidente y nada nueva, debería ser el eje fundamental de toda compañía. Entonces, ¿por qué no es así? ¿Por qué gestionamos al personal de forma tan nefasta y vergonzosa? ¿No se dan cuenta los Directores que con su prepotencia absurda están perjudicando a la empresa y, por lo tanto, a ellos mismos?

Una buena gestión de la plantilla se basa primordialmente en el respeto y la profesionalidad; dos factores que brillan por su ausencia en mi empresa. Ya no me asombra oír a Directores y Managers hacer comentarios del tipo: «Esta presentación es una mierda y vosotros sois una panda de retrasados» o «Aquí no se os paga por pensar, sino por hacer lo que yo digo. Para pensar, te vas a tu puta casa» o incluso «Simplemente eres un jodido paleto, así que guárdate tus sugerencias para alguien que las quiera oír». Menudo espectáculo. Después de estas sesiones de motivación avanzada no es de extrañar que nos entregamos en cuerpo y alma a trabajar… Bromas aparte, es triste comprobar que la descalificación se haya convertido en algo cotidiano.

Como he mencionado antes, se supone que los directores y demás altos cargos son gente preparada (a muchos de ellos les falta tiempo para recalcar que tienen un MBA por la universidad de nosedonde).

Sin embargo, sus acciones les delatan. Son analfabetos, papagayos que repiten de memoria lo que han leído recientemente en la última edición del Harvard Business Review; esbirros con actitud chulesca y arrogante, que se pavonean y miran a los demás como si nos estuvieran perdonando la vida. Simplemente, la mayor colección de impresentables de España. He de admitir que siempre hay justos en Sodoma. Sin embargo, esto no les exculpa. Su omisión les hace corresponsables por cerrar los ojos ante el ninguneo y el insulto.

Únicamente erradicando este tipo de comportamientos podremos empezar a decir que los empleados somos el activo más importante de una empresa.

Reflexión 7 – ¿Estás seguro de que es por culpa de la crisis? 8 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo, Gestión del cliente.
Tags: , , ,
10 comments

Ahora, parece que la crisis es la culpable de todos nuestros males. No comparto esta opinión. La crisis ha agravado y expuesto con mayor claridad las carencias que ya sufríamos como empresas ineficaces.

Mi empresa, como cualquier otra, depende de sus clientes. Sin embargo, algunas veces pienso que esto no es tan evidente para algunos directores:

Hace unos meses, tres compañeros míos estuvieron trabajando en una propuesta. Ganar el proyecto suponía ingresar varios millones de euros, que para nostros eran críticos. El plan era que mis compañeros hiciesen la propuesta y que el director se fuese a Croacia a presentarla junto a un colaborador externo.

A continuación resumo lo que pasó en realidad:

  1. La propuesta se completó en dos semanas a marchas forzadas
  2. El colaborador externo llega a Croacia y llama al director (la presentación empezaba en una hora)
  3. El director responde a la llamada diciendo que le duele la tripa y que ha decidido no ir a la presentación
  4. El colaborador externo le pregunta al director si por lo menos va a esta presente vía telefónica para contestar preguntas
  5. El director dice que no, deseándole buena suerte

No hace falta ser muy listo para darse cuenta que el colaborador externo – persona muy competente pero que no había participado en la propuesta ni conocía su contenido – no pudo defender convincentemente nuestra propuesta frente al CEO croata.

Sin embargo, los croatas nos dieron una segunda oportunidad. Nos pidieron cambios en la propuesta, concediéndonos tres días más. Con renovadas energías nuestro equipo realizó los cambios y se los mandó al director para que únicamente se los enviase a los croatas. Sin embargo, por alguna razón que se me escapa, el director no lo hizo. Nuestro equipo se lo recordó en numerosas ocasiones y él respondía «ahora lo hago», pero finalmente no lo hizo. A los dos días, los croatas nos escribieron para decirnos que no nos molestásemos en enviar la propuesta…

¿Cómo se justifica tal comportamiento? ¿No le importan las consecuencias? ¿Por qué no se le exigió dar explicaciones? Este tipo de actuaciones son inaceptables. La actitud de desprecio que demostró este director desmotivó al equipo que, durante tantas horas, dedicó tiempo y esfuerzo; y destrozó la relación con un cliente imprescindible.

No creo que esta sea la postura que deba tomar una empresa que está al borde de la quiebra…

Reflexión 6 – Y es que siempre ha habido clases 7 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo.
Tags: , , ,
14 comments

Por desgracia, en muchas consultoras existe una cultura clasista muy pronunciada, y la mía no es una excepción. Existen dos clases: consultores y personal administrativo. Estos últimos son imprescindibles, ofreciendo todo tipo de ayudas en la gestión administrativa y búsqueda de información para que los consultores puedan dedicarse exclusivamente a resolver los problemas de los clientes y, por lo tanto, facturar.

 

Sin embargo, el trabajo del personal administrativo no se valora como se merece. Y lo digo yo, que soy consultor y lo veo a diario. Mis argumentos quedan reflejados en la siguiente anécdota:

 

A raíz de la ruptura de la burbuja punto.com, nuestra empresa congeló todos los sueldos. Sin embargo, cuando empezó la recuperación, los salarios de los consultores fueron los únicos en descongelarse. Durante cinco años, a los consultores se nos ascendía y se nos pagaban generosos bonuses. En cambio, al personal de administración se les ninguneaba y se les decía que este no era el momento para pedir más dinero. Esta actitud bochornosa se debe a muchos consultores creen que el personal de administración únicamente realiza labores de poco valor y que, por lo tanto, es totalmente prescindible. 

Y es que como diría un manager al que llamamos Torrente por su manera de hablar y de tratar a la plantilla: «Siempre ha habido clases».

Ahora que con la excusa de la crisis se ha prescindido de muchos de estos profesionales, los consultores hemos tenido que asumir las tareas administrativas. Y es que, entre queja y queja, empezamos a darnos cuenta del gran valor aportado por aquellos a los que se menospreciaba a diario. Que nos sirva de lección.

Reflexión 1 – Pasarse la pelota … o el proyecto 11 septiembre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Gestión del cliente.
Tags: , , ,
8 comments

A media mañana ha llamado un cliente solicitando hablar con el responsable de la Práctica de Automoción. Como es norma, la recepcionista ha llamado al Director responsable para decirle que tenía a un cliente en espera solicitando información sobre la Práctica y sus servicios. Lo asombroso de esta anécdota no es que el cliente nos haya llamado directamente – un hecho extraordinario en tiempos de crisis – sino que el Director de la Práctica en cuestión se negó a atender al cliente y pidió a la recepcionista que redirigiese al cliente a otro Director. Y es aquí donde inicia el juego de la patata caliente: los Directores comienzan a pasarse la llamada en espera de unos a otros sin importarles que al otro lado de la llamada hay un potencial cliente. Obviamente al cabo de unos minutos, el cliente se cansó y colgó, y no hace falta ser un superdotado para saber que no volverá a llamar jamás.

¿Cómo puede una empresa, a la que le faltan proyectos y que ha realizado dos rondas de despidos, adoptar esta actitud de desprecio y prepotencia con un cliente? Esta anécdota no es un hecho aislado; es una actitud mantenida desde hace tiempo. Un hábito nefasto que no era crítico durante los años de bonanza económica y abundancia de proyectos, pero que ahora es determinante.