jump to navigation

Reflexión 25 – De comidas 5 diciembre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo.
Tags: , ,
16 comments

Hoy he presenciado una situación que sin duda reflejan la profesionalidad y elegancia.

Un compañero mío, Antonio (nombre ficticio), está trabajando para un cliente en un parque industrial a las afueras de Barcelona. El equipo está formado por siete personas: dos directores, cuatro de sus esbirros y Antonio. Pues ¿os podréis creer que cada día el grupete de sinvergüenzas se va a comer sin ni siquiera tener la cortesía de invitar a Antonio a comer con ellos?. Antonio, que ya está muy curtido, me dice que no le importa comer sólo o con el equipo del cliente, y me recuerda que mejor sólo que mal acompañado; sin embargo, no deja de ser triste y ruin que un equipo no demuestre la mínima consideración hacia una persona que, aunque no pertenezca al círculo de poder, es ante todo un compañero.

Pero bueno, tiempo al tiempo, que la vida da muchas vueltas y, al final, a cada cerdo le llega su Sanmartín…

Reflexión 18 – Torrente, el brazo tonto de la consultoría 5 noviembre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Capacidad y competencia.
Tags: , , ,
22 comments

En todas la empresas existe un Torrente; ese gerente que hace la vida imposible a todos. Un sujeto que desprecia, insulta y ningunea a los empleados, pero que besa el suelo por donde pasan los directores.

Un ingrato que no tiene ningún reparo en colocarse las medallas de otros, pero que cuando las cosas se tuercen, no duda en señalar con el dedo y escurrir el bulto.

Un analfabeto agresivo, sin modales que está incapacitado para gestionar o dirigir; pero que incomprensiblemente gana un sueldo desproporcionado y se mantiene a base de habilidad y astucia, nunca mérito. Un miserable que se ha aprovechado de la influencia de su familia para hacerse un hueco en el circo donde trabajo.

Un negrero, que exige lo que nunca se ha exigido a sí mismo. Un acomplejado que intenta ocultar su ignorancia a base de gritos y descalificaciones. Un egoísta que no está dispuesto a dedicar un minuto de su tiempo a nadie si no es por interés. Eso sí, cuando necesita que le ayudes, su comportamiento cambia completamente, volviéndose amable.

Un manipulador nato que alimenta rumores sobre todos, siendo el objetivo de sus críticas aquella persona ausente en aquel momento. Una plaga que vive cobijado bajo el ala del director, con el cual comparte una gran amistad forjada durante años de fraudes y despropósitos.

Un empleado que representa lo que no debería ser un consultor. Un vendedor de humo sin igual, que nunca da su brazo a torcer porque su orgullo no se lo permite. Un soberbio que mira al resto por encima del hombro y cree que podrá vivir del cuento toda su vida.

Una persona sin compañeros de trabajo, a los que clasifica entre «los que me caen mal», «los que me caen muy mal» y «los que no me importan una mierda».

Pero lo que ignora Torrente es que el mundo es un pañuelo y que poco a poco, su reputación empieza a precederle. Y Torrente, entusiasta como eres en seguir por este camino, recuerda que nunca podrás que no te avisé. Simplemente tendrás lo que te mereces.

Reflexión 16 – ¿Alumnis, para qué? 2 noviembre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Capacidad y competencia.
Tags: , ,
22 comments

Los alumnis son la mayor fuente de ingresos recurrentes para las consultoras. ¿Y qué son? Personas que han dejado la consultoría, voluntariamente o no, y que ahora trabajan en otro sector.

Cuando un consultor se marcha de una consultora, éstas se esfuerzan para ayudar a esa persona a colocarse en un puesto de influencia. ¿Por qué? Porque saben que esa persona es ahora un cliente, y además, un cliente afín/leal a la consultora. Esto significa que cuando esta persona tenga que contratar consultoría, lo más probable es que se lo compre a sus antiguos compañeros y amigos. Es lógico.

Lo que no es lógico es lo que pasa en mi empresa. Desde que llevo aquí, no ha surgido ni un proyecto a través de la red de alumnis. El por qué es sencillo: el desprecio con el que se trata a la gente es tal, que los que se van lo hacen rencorosos y sin ninguna intención de volver a tratar (menos aún contratar) a su antiguo empleado. Además, no nos preocupamos por mantener el contacto con nuestros alumnis: no les mantenemos al día con lo que pasa en la empresa, tampoco les mandamos felicitaciones, no organizamos eventos sociales (quedada de copas), etc.

Como dijo un directivo de la empresa cuando se le preguntó sobre este tema: ¿Dedicar tiempo a los alumnis, para qué?

Esta respuesta demuestra nuestra incapacidad de poder sacarnos a nosotros mismos del agujero en el que estamos metidos. Y como he dicho en alguna otra reflexión anterior: esto no tiene nada que ver con la crisis. Simplemente, tenemos lo que nos merecemos.

Reflexión 9 – Sin duda, vosotros sois nuestro mayor activo 14 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Gestión del talento.
Tags: , , ,
20 comments

Últimamente se me revuelve el estómago cada vez que un director comparte su sabiduría conmigo. Recientemente les ha dado por cotorrear sobre lo que hoy llamamos con cursilería talent management; es decir, la gestión de recursos humanos de toda la vida. Increíblemente, les falta tiempo para soltar frases como: «Nuestra empresa es un lugar especial para trabajar», «Cada uno de vosotros hacéis de esta empresa un lugar único» o «Vosotros sois nuestro mayor activo». Escuchar esto me hace sentir repulsa, indignación y desprecio.

Las personas siempre han sido y serán lo más importante. La calidad, tanto individual como por equipos, invariablemente marcará la diferencia entre dos empresas competidoras. Esta verdad, evidente y nada nueva, debería ser el eje fundamental de toda compañía. Entonces, ¿por qué no es así? ¿Por qué gestionamos al personal de forma tan nefasta y vergonzosa? ¿No se dan cuenta los Directores que con su prepotencia absurda están perjudicando a la empresa y, por lo tanto, a ellos mismos?

Una buena gestión de la plantilla se basa primordialmente en el respeto y la profesionalidad; dos factores que brillan por su ausencia en mi empresa. Ya no me asombra oír a Directores y Managers hacer comentarios del tipo: «Esta presentación es una mierda y vosotros sois una panda de retrasados» o «Aquí no se os paga por pensar, sino por hacer lo que yo digo. Para pensar, te vas a tu puta casa» o incluso «Simplemente eres un jodido paleto, así que guárdate tus sugerencias para alguien que las quiera oír». Menudo espectáculo. Después de estas sesiones de motivación avanzada no es de extrañar que nos entregamos en cuerpo y alma a trabajar… Bromas aparte, es triste comprobar que la descalificación se haya convertido en algo cotidiano.

Como he mencionado antes, se supone que los directores y demás altos cargos son gente preparada (a muchos de ellos les falta tiempo para recalcar que tienen un MBA por la universidad de nosedonde).

Sin embargo, sus acciones les delatan. Son analfabetos, papagayos que repiten de memoria lo que han leído recientemente en la última edición del Harvard Business Review; esbirros con actitud chulesca y arrogante, que se pavonean y miran a los demás como si nos estuvieran perdonando la vida. Simplemente, la mayor colección de impresentables de España. He de admitir que siempre hay justos en Sodoma. Sin embargo, esto no les exculpa. Su omisión les hace corresponsables por cerrar los ojos ante el ninguneo y el insulto.

Únicamente erradicando este tipo de comportamientos podremos empezar a decir que los empleados somos el activo más importante de una empresa.

Reflexión 7 – ¿Estás seguro de que es por culpa de la crisis? 8 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo, Gestión del cliente.
Tags: , , ,
10 comments

Ahora, parece que la crisis es la culpable de todos nuestros males. No comparto esta opinión. La crisis ha agravado y expuesto con mayor claridad las carencias que ya sufríamos como empresas ineficaces.

Mi empresa, como cualquier otra, depende de sus clientes. Sin embargo, algunas veces pienso que esto no es tan evidente para algunos directores:

Hace unos meses, tres compañeros míos estuvieron trabajando en una propuesta. Ganar el proyecto suponía ingresar varios millones de euros, que para nostros eran críticos. El plan era que mis compañeros hiciesen la propuesta y que el director se fuese a Croacia a presentarla junto a un colaborador externo.

A continuación resumo lo que pasó en realidad:

  1. La propuesta se completó en dos semanas a marchas forzadas
  2. El colaborador externo llega a Croacia y llama al director (la presentación empezaba en una hora)
  3. El director responde a la llamada diciendo que le duele la tripa y que ha decidido no ir a la presentación
  4. El colaborador externo le pregunta al director si por lo menos va a esta presente vía telefónica para contestar preguntas
  5. El director dice que no, deseándole buena suerte

No hace falta ser muy listo para darse cuenta que el colaborador externo – persona muy competente pero que no había participado en la propuesta ni conocía su contenido – no pudo defender convincentemente nuestra propuesta frente al CEO croata.

Sin embargo, los croatas nos dieron una segunda oportunidad. Nos pidieron cambios en la propuesta, concediéndonos tres días más. Con renovadas energías nuestro equipo realizó los cambios y se los mandó al director para que únicamente se los enviase a los croatas. Sin embargo, por alguna razón que se me escapa, el director no lo hizo. Nuestro equipo se lo recordó en numerosas ocasiones y él respondía «ahora lo hago», pero finalmente no lo hizo. A los dos días, los croatas nos escribieron para decirnos que no nos molestásemos en enviar la propuesta…

¿Cómo se justifica tal comportamiento? ¿No le importan las consecuencias? ¿Por qué no se le exigió dar explicaciones? Este tipo de actuaciones son inaceptables. La actitud de desprecio que demostró este director desmotivó al equipo que, durante tantas horas, dedicó tiempo y esfuerzo; y destrozó la relación con un cliente imprescindible.

No creo que esta sea la postura que deba tomar una empresa que está al borde de la quiebra…

Reflexión 6 – Y es que siempre ha habido clases 7 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo.
Tags: , , ,
14 comments

Por desgracia, en muchas consultoras existe una cultura clasista muy pronunciada, y la mía no es una excepción. Existen dos clases: consultores y personal administrativo. Estos últimos son imprescindibles, ofreciendo todo tipo de ayudas en la gestión administrativa y búsqueda de información para que los consultores puedan dedicarse exclusivamente a resolver los problemas de los clientes y, por lo tanto, facturar.

 

Sin embargo, el trabajo del personal administrativo no se valora como se merece. Y lo digo yo, que soy consultor y lo veo a diario. Mis argumentos quedan reflejados en la siguiente anécdota:

 

A raíz de la ruptura de la burbuja punto.com, nuestra empresa congeló todos los sueldos. Sin embargo, cuando empezó la recuperación, los salarios de los consultores fueron los únicos en descongelarse. Durante cinco años, a los consultores se nos ascendía y se nos pagaban generosos bonuses. En cambio, al personal de administración se les ninguneaba y se les decía que este no era el momento para pedir más dinero. Esta actitud bochornosa se debe a muchos consultores creen que el personal de administración únicamente realiza labores de poco valor y que, por lo tanto, es totalmente prescindible. 

Y es que como diría un manager al que llamamos Torrente por su manera de hablar y de tratar a la plantilla: «Siempre ha habido clases».

Ahora que con la excusa de la crisis se ha prescindido de muchos de estos profesionales, los consultores hemos tenido que asumir las tareas administrativas. Y es que, entre queja y queja, empezamos a darnos cuenta del gran valor aportado por aquellos a los que se menospreciaba a diario. Que nos sirva de lección.

Reflexión 4 – Al final, todos somos liebres o perros de caza 2 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo.
Tags: , , ,
4 comments

En los últimos meses, mi empresa ha despedido a un número elevado de personas. Me gustaría compartir dos anécdotas bastante elocuentes sobre cómo no se deben de hacer las cosas:

Durante la primera ronda de despidos, el director justificó de esta manera la actuación de la empresa:

«Unas veces se es liebre y otras perro de caza. Hay que saber correr delante de la liebre y detrás del perro de caza. Por lo tanto, hoy me ha tocado ser perro de caza y a ellos liebres».

La metáfora animal es insuperable; simplemente increible. No valoraré en esta Reflexión si el despido de programadores – que suponían un coste irrisorio para la empresa – era una medida adecuada y necesaria para salvar a la empresa. Pero el comentario insensible es inaceptable y refleja su capacidad de liderar y motivar a una empresa en tiempos de crisis.

Como colofón y para dejar patente que las cosas se pueden hacer de otra manera, describo la segunda anécdota.

Miguel [nombre ficticio], un director de nuestra oficina llamó a Luis [nombre ficticio] para decirle que quedaba despedido. La razón era simple: Luis, después de haber estado trabajando para el mismo cliente X, solicitó a Miguel que le dejase cambiar de cliente para continuar aprendiendo. Miguel se negó, apartó a Luis del equipo y al cabo de unas semanas le despidió.

Esa misma tarde, Luis recibió una llamada. El presidente quería comunicarle que había salido un nuevo proyecto con el cliente X. El presidente rogó a Luis que lo aceptase, ya que la oficina necesitaba el proyecto como agua de mayo y su conocimiento era imprescindible. En momentos de crisis, donde tener un trabajo es tener un tesoro, Luis aceptó el trabajo.

Se pueden hacer muchas lecturas de esta anécdota. Sin embargo, es sorprendente – o no- que Miguel recurriese al presidente para hacer la llamada, cuando no tuvo ningún reparo en hacerla por la mañana para despedir a Luis. Todo un ejemplo de humildad y capacidad de reconocer los errores. Simplemente patético.

Reflexión 3 – ¿Y esta quién es? 25 septiembre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Gestión del talento.
Tags: , ,
4 comments

Hace ya un tiempo, en una reunión con el cliente, nuestro director pidió a éste que presentase a su equipo de trabajo. Una vez terminada la presentación, nuestro director se quedó mirando fijamente a una chica y le dijo al cliente:

¿Y esta quién es?». Después de varios segundos, el cliente le espetó: » Tú lo sabrás, es de tu equipo».

Me pregunto si un director de un equipo de cuatro personas puede permitirse el lujo de no conocer a uno de sus integrantes. ¿Cómo dirigirá este director el equipo si ni siquiera reconoce a sus componentes? ¿Cómo sacará el mejor partido de cada uno si no sabe cuales son sus habilidades, fortalezas y carencias?

 

No quiero terminar sin relatar otra anécdota que sería cómica de no ser tan trágica:

Luis [nombre ficticio] fue llamado al despacho del director. Éste le felicitó por su gran labor en el proyecto, sus contribuciones y compromiso con la empresa. El director también le dijo que la empresa estaba encantada con él y que le auguraban un gran futuro. Una vez concluida la reunión, Luis salió del despacho sorprendido y encantado. Al cabo de media hora, Luis fue llamado una vez más al despacho del director. Al parecer, éste había confundido a Luis con otro consultor y, por lo tanto, las alabanzas no estaban dirigidas a Luis. Luis fue despedido dos semanas después …

Me imagino que un error así en una oficina de 20 personas lo puede tener cualquiera…