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Reflexión 10 – ¿Compromiso? No me hagas reír. 19 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo.
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En la última reunión de oficina, el director volvió a pedir compromiso con la empresa. Su Majestad dice que ve la moral de la oficina por los suelos y una situación de desánimo generalizado. ¡Bingo! Sin duda, la lectura de la situación es impecable. Sin embargo, nuestro líder absoluto cree que la desmotivación se debe a la falta de proyectos y al empeoramiento de nuestro negocio. Se equivoca por completo. Esta puede ser una de las razones, pero no la más importante. La respuesta al cabreo monumental de la gente es mucho más obvia: ni Su Majestad ni ninguno de sus amiguetes (Directores) han demostrado el compromiso que tanto les gusta predicar.

 

Es innegable que el negocio está cayendo en picado y que, por lo tanto, es necesario reducir costes. Sin embargo, después de numerosos años de despilfarro, ¿cómo reaccionarían frente a esta situación? Las opciones que os presento son las siguientes:

 

1. ¿Se rebajarían el sueldo, como lo han hecho en otras empresas? Como alternativa, incluimos la opción de rebajar el sueldo un 10% a toda la oficina para conseguir el mismo objetivo.

  

2. ¿Prescindirían de sus otros beneficios, como por ejemplo coches de empresa?

 

 3. ¿Redoblarían sus esfuerzos comerciales para vender más proyectos? 

 

4. Pedirían a todos lo empleados que cogiésemos un mes de vacaciones no pagadas?

 

5. ¿O tendrían la caradura de echar a empleados (que ganan cuatro míseras pesetas al año) para maquillar las cifras y apaciguar al accionista?

 

Como siempre, pensar mal y acertaréis. Hay que ser muy golfo y carecer de todo tipo de escrúpulos para pedir a los empleados que arrimen el hombro, al mismo tiempo que echas al 25% de ellos a la calle y, encima, no renuncias a ninguno de tus privilegios. ¿Es realmente necesario que con tu sueldo de más de €130.000, te sea imprescindible un nuevo cochazo de empresa? La respuesta de los directores ha sido un rotundo sí. Ante todo, quisiera agradecerles su sacrificio y valentía por haber tomado estas medidas. Su profesionalidad y coherencia son, sin duda, la mayor muestra de su compromiso.

Reflexión 4 – Al final, todos somos liebres o perros de caza 2 octubre 2009

Posted by ElConfidenteXXI in Comportamiento organizativo.
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En los últimos meses, mi empresa ha despedido a un número elevado de personas. Me gustaría compartir dos anécdotas bastante elocuentes sobre cómo no se deben de hacer las cosas:

Durante la primera ronda de despidos, el director justificó de esta manera la actuación de la empresa:

«Unas veces se es liebre y otras perro de caza. Hay que saber correr delante de la liebre y detrás del perro de caza. Por lo tanto, hoy me ha tocado ser perro de caza y a ellos liebres».

La metáfora animal es insuperable; simplemente increible. No valoraré en esta Reflexión si el despido de programadores – que suponían un coste irrisorio para la empresa – era una medida adecuada y necesaria para salvar a la empresa. Pero el comentario insensible es inaceptable y refleja su capacidad de liderar y motivar a una empresa en tiempos de crisis.

Como colofón y para dejar patente que las cosas se pueden hacer de otra manera, describo la segunda anécdota.

Miguel [nombre ficticio], un director de nuestra oficina llamó a Luis [nombre ficticio] para decirle que quedaba despedido. La razón era simple: Luis, después de haber estado trabajando para el mismo cliente X, solicitó a Miguel que le dejase cambiar de cliente para continuar aprendiendo. Miguel se negó, apartó a Luis del equipo y al cabo de unas semanas le despidió.

Esa misma tarde, Luis recibió una llamada. El presidente quería comunicarle que había salido un nuevo proyecto con el cliente X. El presidente rogó a Luis que lo aceptase, ya que la oficina necesitaba el proyecto como agua de mayo y su conocimiento era imprescindible. En momentos de crisis, donde tener un trabajo es tener un tesoro, Luis aceptó el trabajo.

Se pueden hacer muchas lecturas de esta anécdota. Sin embargo, es sorprendente – o no- que Miguel recurriese al presidente para hacer la llamada, cuando no tuvo ningún reparo en hacerla por la mañana para despedir a Luis. Todo un ejemplo de humildad y capacidad de reconocer los errores. Simplemente patético.